“Futuros Egresados es fuente de progreso entre los estudiantes de Trancas”

 Nazarena Abraham es pedagoga. Tiene 27 años y es la Encargada de Acompañamiento del grupo de estudiantes de la ENET 1 de Trancas, a quienes León acompaña junto con la Municipalidad local.

Al cabo del primer año de implementación del Programa PFE (Programa Futuros Egresados), Naza evaluá el camino compartido. “El programa tuvo un impacto académico muy importante, incluso un becado que había decidido abandonar la escuela volvió porque entendió que es acreedor de una beca por sus propios méritos y él merece estudiar”, comenta. “Muchos estudiantes priorizaron aprobar todas las materias, a pesar de saber que podían recuperarlas en el período de acompañamiento y que pasarían de curso con muchas asignaturas pendientes. El Programa Futuros Egresados es fuente de progreso entre los estudiantes de la Escuela Técnica N° 1 de Trancas”, valora la pedagoga.

“Tanto los becados como sus respectivos Responsables Adultos lograron sentirse parte del Programa y entender su rol, sus derechos y sus responsabilidades”, resalta y agrega que “esto fue muy complejo de lograr, ya que todos los actores (responsables adultos, encargados de acompañamiento y becados) participaban de la experiencia por primera vez”.

“La fluidez en la comunicación en el grupo se trabajó desde un inicio: hoy se comunican para comentar sus problemas, necesidades y logros en las trayectorias escolares, ya sea de manera individual o en los grupos establecidos para responsables adultos y becados”, remarca Nazarena.

“Asimismo, encontraron sentido al acompañamiento y al aporte económico, tienen destinado el dinero a cuestiones específicas y necesarias para un mayor rendimiento en la escuela (Wi-Fi y boletos, en su mayoría)”, sostiene.

Acerca de las principales amenazas de abandono escolar en la comunidad que acompaña, Naza asegura que “las amenazas de abandono escolar coinciden en la mayoría de las historias de las familias: dificultades económicas. La virtualidad llevó a las familias a verse obligadas a equiparse de equipos tecnológicos para poder seguir participando de las actividades educativas, son muchos los casos de los becados que comparten un celular con muchos hermanos y sus padres, quedando así excluidos de muchas jornadas escolares”.

Por otro lado, cuenta que “la conexión Wi-Fi de la zona es muy inestable, es decir que, aunque contraten el servicio, no alcanza para mantener una comunicación efectiva al 100%”. “Estos dos factores llevaron a muchos alumnos a la desmotivación, ya que a pesar de tener intención de participar y aprender, sus intereses se frustraban al intentarlo”, admite la EA.

“Si bien se volvió a la presencialidad plena, muchos becados tienen inasistencias por colaborar en los trabajos familiares (cosechas, verdulerías, almacén, etc). Muchos de ellos dicen no trabajar, plantean que solo ayudan cuando es necesario, sin embargo, la necesidad de las familias los lleva a priorizar la ayuda económica a su círculo familiar antes que estudiar”, comenta la pedagoga y destaca que  “muchos padres trabajan muchas horas diarias, incluso hay responsables adultos que viven en otra localidad, donde tienen un trabajo con mayores ganancias y los becados quedan a cargo de algún hermano. Al no tener a diario una figura de autoridad que los acompañe de cerca en su escolaridad, muchos deciden no asistir a clases”.