La vida es difícil para los adolescentes, en muchos sentidos. Y lo es todavía más para aquellos que pertenecen a familias atravesadas por situaciones socio económicas vulneradas. Son los casos de Ángel Díaz y de Jhonatan Moya, dos de los 28 becados que León acompaña con su sistema de tutoría en la escuela “Solidaridad y Paz”, ubicada en el corazón del barrio Juan XXIII, popularmente conocido como La Bombilla, en el noroeste de San Miguel de Tucumán.
Ángel y Jhonatan tienen motivos para celebrar al final del 2018. ¡Han terminado la Secundaria! ¡Y sí que les costó! Esa es una muy buena noticia para ellos, que siguen soñando. Ángel se prepara para estudiar Periodismo Deportivo y Jhonatan, Enfermería.
DOS LEONES
Con sus 18 años, Ángel no para de sonreír en el acto de cierre de año que compartió en la escuela con sus pares, su padrino Raúl y con la Encargada de Acompañamiento* de León, Manuela Falcón.
Él es el menor de ocho hermanos. Sólo la mitad de ellos logró terminar de estudiar. El resto tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a la economía del hogar, a cargo solamente de su mamá, soltera y empleada en casas de familias. Actualmente, Angel vive con ella y con dos de sus hermanos. Dice que le gusta el periodismo deportivo porque “me encantan los deportes y porque sueño con hacer radio”. “Me comprometo a leer mucho , a estar siempre informado y sobre todo, a no mentirle a la gente”, augura el joven, con ángel de periodista.
Jhonatan, desde sus 19 años, también sabe de sacrificios y de esfuerzos. Y de sueños, claro. Hace un año y siete meses fue papá de Isabella, su bebé que lo inspira y que llegó al mundo mientras él cursaba el Secundario. Jhonatan completó sus estudios. Y ya decidió estudiar Enfermería. En la escuela,además de estudiar, aprendió oficios como herrería, carpintería y albañilería. De día estudió la Secundaria. Y de noche, reparte la comida que prepara su mamá para vender.
“Tengo muchas ganas de seguir estudiado y de formarme, para tener un bue trabajo y seguir creciendo”, dice, convencido, Jhonatan, que participó de la refacción de la escuela, participando en la construcción de Salas, espacios y obras nuevas.
Ángel y Jhonatan tienen mucho en común. Egresan juntos del Secundario en la misma escuela. Ambos fueron acompañados por León. Los dos recibieron apoyo económico de padrinos solidarios. Saben de sacrificios y sueñan fuerte. Y, lo mejor, asumen que sólo podrán trascender con EDUCACIÓN. Aferrados a ello, nada frena sus sueños.
*Un EA de León se dedica a acompañar la trayectoria educativa de los adolescentes que cursan el Secundario y están en riego de abandonar la escuela. Un EA realiza el seguimiento del rendimiento escolar del becado, mantiene encuentros periódicos con ellos, los escucha, les habla, los apoya, organiza encuentros con sus padrinos y le reporta a los padrinos sobre el desempeño de los chicos.
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“El voluntario, la sociedad civil toda, debe prestar atención a los malestares de la cultura; por ejemplo, la educación de los jóvenes. A trabajar y a hacerlo bien. Pero esto no es suficiente. Junto con esto hay otro sentir igualmente necesario y tal vez aún más importante: el sentimiento de amor al prójimo. Sin este sentimiento, sin este lazo social que aglutina, reconforta, fortalece y empodera, no podemos combatir los malestares que nos aquejan. No podemos convertir nuestros síntomas en prácticas saludables”.
Diego Aguilar
Director Ejecutivo en León
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