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De Colalao del Valle al mundo: León acompaña los sueños de futuras enólogas

Emilia, Judith, Melanie, Corina y Doris son distintas y a la vez tienen mucho en común. Por ejemplo, que las cinco son de Colalao del Valle y que las acaba de unir, detrás de sus ganas y sueños, el Programa de Becas Universitarias de Fundación León. El proyecto consiste en un sistema de acompañamiento personalizado y apoyo económico para que finalicen la carrera en la Tecnicatura en Enología y Viticultura.

Las cinco se muestran apasionadas por estudiar Enología (son compañeras en 2do Año) y las cinco están felices de sentirse acompañadas.

Javier Blessing (encargado de acompañamiento de León) junto con Emilia, Judith, Melanie, Corina y Doris.

 

Judith (32) dice que “si bien es un gran apoyo económico, el respaldo psicológico es muy necesario también en este nivel de la carrera”. “Agradecemos el acompañamiento y esperamos que sigan apostando por la juventud de nuestros valles”, augura y comenta su proyecto de vida: “esta carrera apunta a que seamos emprendedoras. A futuro, tengo previsto unir las cosas que me gustan: el turismo, el vino y la literatura”.

 

Para Melanie, en tanto, “ el acompañamiento ayuda mucho. Nunca tuve una experiencia así. Viene muy bien”. Y en relación con sus expectativas, expresa: “mi proyecto es elaborar mi propio vino, primero empezar trabajando en una bodega hasta luego hacer el propio”.

Doris se suma a la charla y admite que se sumó a la carrera “porque una amiga me comentó”. Y ahora, siendo pate del Programa de León, sostiene que “el acompañamiento es fundamental, porque hay cosas que nos dificultan y no sabemos a quién recurrir o cómo proceder. Sabemos que tenemos un sostén, tanto para situaciones académicas como personales”.  Emilia asiente, coincide en “el gran valor que tiene el acompañamiento para poder cursar mejor”.

 

La de Corina es una historia particular también. Tira la sangre familiar. Cuenta que empezó a estudiar la Tecnicatura porque su papa y su tío tienen una pequeña bodega familiar, que fue hecha a pulmón, “a la antigua”, describe ella. “Yo, a diferencia de ellos, quiero tener una formación académica para cumplirles el sueño y que la familia pueda pasar de la producción casera a una bodega profesional”.

 

Nos encanta conocer y acompañar las historias de vida de Emilia, Judith, Melanie, Corina y Doris, distintas y muy iguales a la vez.

 

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